Porque los corazones siempre se alegran con algo dulce. 

En diciembre, nuestras casas se transforman: las luces, los adornos, el árbol y esa atmósfera de esperanza llenan cada rincón. En Argentina, aunque estemos en pleno verano, la Navidad tiene todo el calor que solo el reencuentro familiar puede dar. Las familias cenan juntas la noche del 24, brindan, comparten anécdotas y esperan el momento mágico de abrir los regalos. 

Para acompañar esos instantes, nada mejor que tener a mano diferentes opciones dulces que embellezcan la mesa navideña. Imaginá un momento tras la cena: risas sueltas, luces tenues y un alfajor o un paquete de galletitas que recorre la mesa. 

Porque Navidad es mucho más que una fecha: es un sentimiento que se comparte, una tradición que evoluciona y un lazo que se fortalece alrededor de la mesa. Esta Navidad, celebrá con dulzura, cariño y momentos que perduren.