A veces, lo que más necesitamos es una pausa, una merienda y cero apuros.
En el mundo actual, vivimos a mil. El trabajo, la rutina, los mensajes que no paran de llegar. Por eso, cada tanto, es necesario bajar un cambio y reconectar con lo que nos hace bien.
Para algunos puede ser simplemente un rato en silencio. Para otros, un paseo por la ciudad para recibir los rayos del sol. Y para los más golosos, nada mejor que una merienda sin reloj. Esas pausas que parecen pequeñas pero recargan el alma.
Un té o mate cocido calentito, una manta en el sillón, y el clásico combo de galletitas Surtidas Turimar para disfrutar del placer sin culpas ni interrupciones. Porque relajarse no es perder el tiempo, es ganarlo de otra manera.
Encontrar esos momentos de calma es una forma de cuidarnos. Y acompañarlos con algo rico, también.